Por Carmen Sánchez Bernal
Responsable del Departamento de Orientación del colegio Aldeafuente
Adjunta Alumni
La variedad de grados universitarios es enorme, además de la amplísima oferta de centros que los ofrecen. Comparado con hace tan sólo un par de décadas, la diferencia es abismal. Hoy hay grados que preparan casi para cualquier actividad, además de dotar al alumno de competencias y conocimiento de herramientas digitales que centran la futura actividad profesional en labores de alto valor añadido, asumiendo que muchos de los procesos actuales serán o están siendo ya automatizados.
Esto hace que la elección se convierta en algo fundamental, no sólo por tratar de acertar a la primera, sino por el propio ejercicio de reflexión -y por tanto de madurez- del propio alumno.
El pragmatismo que requiere, a la corta edad de unos 18 años, de equilibrar deseos y capacidades por parte del alumno, sin duda puede necesitar del consejo de los padres. Dice Lorenzo Bermejo, en su libro ‘Mirando al futuro’: “Como padres, es necesario orientarles, ayudarles y aportarles la perspectiva, tranquilidad y confianza necesarias para comenzar esta nueva época que contribuirá a configurar su futuro.” Sin olvidar que la juventud -la adolescencia-, es la edad de los ideales, de sentir en muchos casos la misión o vocación profesional. Si existe esa vocación o ese deseo de hacer algo concreto, los hijos esperarán ese apoyo de los padres.
Esta edad es también el momento en el que uno puede estar más confuso y perdido respecto al futuro, lo cual puede resultar en una oportunidad para tratar de conocerse más a uno mismo, pedir consejo y pensar sobre cuestiones que nunca se han necesitado valorar durante la rutina del colegio curso tras curso.
También hoy es menos grave “equivocarse” que antes, puesto que el futuro desempeño profesional no lo condiciona tanto el grado universitario elegido. Tengamos en cuenta que hay un gran consenso entre expertos sobre el hecho de que la mayoría de las profesiones del futuro se están inventando ahora o se crearán en los próximos años, por lo que el sistema en España se parece hoy más al anglosajón, donde básicamente se estudia lo más atractivo y después se opta por una especialización adicional en función de la actividad profesional que se quiere empezar.
También hoy es menos grave ‘equivocarse’ que antes, puesto que el futuro desempeño profesional no lo condiciona tanto el grado universitario elegido.
Claves para elegir una carrera universitaria
A la hora de elegir una carrera, no existe una receta mágica o una metodología probada e infalible, más allá de la reflexión, el pragmatismo y el no tener miedo a equivocarse, porque todo es reconducible cuando se tiene esta edad.
Entrando más en detalle en estas cuestiones, estos son algunos aspectos a tener en cuenta:
- El conocimiento de uno mismo debe venir de la reflexión personal y la conversación con quien mejor conozca al alumno o alumna que debe decidir. El beneficio de estos ejercicios es inmediato, ya que permite ganar en madurez.
- Una cosa es aconsejar y otra teledirigir. Confundir las capacidades o deseos de los hijos con el futuro imaginario que le han preparado los padres es receta segura para la frustración de unos y de otros.
- Hay mucha más información y “experiencias de usuario” que nunca, a disposición del candidato a cualquier carrera y centro. Que el candidato o candidata se tome esa labor de informarse como un primer cometido “profesional” mejorará su capacidad de criterio y análisis.
- Y, por último, la labor del colegio en los últimos años de ESO y Bachillerato es fundamental para acompañar al alumno en los puntos anteriormente comentados a través de distintas iniciativas de orientación profesional, mentoring, etc.
A la hora de elegir una carrera, no existe una receta mágica o una metodología probada e infalible. Más allá de la reflexión, el pragmatismo y el no tener miedo a equivocarse, porque todo es reconducible cuando se tiene esta edad.
El apoyo del centro educativo en la elección de una carrera
Junto al apoyo de los padres, el centro educativo tiene un gran papel en el asesoramiento. Contar con personas que puedan orientar y guiar a los alumnos y alumnas supondrá una gran ventaja para dar ese paso.
Organizar sesiones informativas sobre las diferentes áreas, ampliar información sobre los centros universitarios y acompañar de manera individualizada a los alumnos serán un gran complemento para tomar esa decisión.
Descubre algunas iniciativas de Orientación profesional que se llevan a cabo en los colegios de Fomento: