Hace unos meses, Las Acacias recibía la visita de Guillermo Martínez, un joven ingeniero fundador de la ONG Ayúdame 3D, con quien estamos haciendo prótesis de manos con una impresora 3D para ayudar a gente con esta carencia y sin recursos en todo el mundo.
En este tiempo, Business Insider le ha nombrado 1 de los 23 jóvenes de menos de 35 años llamados a liderar la revolución tecnológica; la Fundación Infanta Princesa de Girona le ha concedido su premio social 2020 y han llegado otros reconocimientos a su labor. Pero ha sido en pleno confinamiento por el coronavirus cuando su lema y su iniciativa solidaria ha cobrado una nueva dimensión, en la que también desde Las Acacias ha querido secundarle.
Ayúdame 3D, con Guillermo al frente, y otros muchos makers en toda España, ha promovido la iniciativa makervsvirus: un grupo de personas que, con una impresora 3D a su alcance en casa, durante la pandemia, han producido materiales –principalmente viseras y pantallas, pero también en algunos casos respiradores y piezas más complejas- para ayudar a sanitarios, profesionales esenciales o miembros de las fuerzas de seguridad del Estado a protegerse frente al COVID-19.
Con su ejemplo, las alumnas han aplicado los programas de diseño 3D como freecad o blender que manejan en asignaturas como Robótica o Arts a acciones con un efecto solidario. Ahora, las alumnas diseñan los prototipos de protección siguiendo las especificaciones técnicas, pero personalizadas con mensajes de ánimo y positivismo. Luego, envían el archivo a los profesores Mariluz Álvarez-Buylla y Bernardo Longa, que se han llevado a sus casas las impresoras 3D de Las Acacias y Montecastelo, y son quienes se encargan de producir el material y distribuirlo según el protocolo establecido en Galicia, en los lugares donde se vayan necesitando.
Y es que alguien cuyo lema vital es «Ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo» merece que le pasen muchas cosas buenas, y que su ejemplo cunda, también en momentos difíciles. Y combinar ciencia, tecnología, diseño y solidaridad en la misma ecuación es, sin duda, un modelo para las alumnas de Las Acacias. Justo, lo que se espera de ellas.