Igor Chumak es un joven ucraniano de 33 años. Licenciado en Empresariales, profesional en Kiev, intenta desde hace un año resistir la invasión rusa de su ciudad y presta su ayuda a quien lo precise. Lo mismo empuña una carretilla para montar una barricada que lleva ayuda a civiles en peligro o repara infraestructuras dañadas.
Igor es uno de los invitados a los estudios de radio de Montecastelo, un proyecto que desempeña el colegio y a través del cual los alumnos adquieren numerosas habilidades como la creatividad y las capacidades comunicativas.
Ucrania - Galicia, una profunda amistad llena de cariño
Igor conoce desde los 7 años el colegio Montecastelo, las islas Cíes y es seguidor del Celta. En ese año de 1997 Rosa Montenegro y Pedro Matas, un matrimonio muy vinculado a Montecastelo se apuntaron al plan de acogida de los llamados “niños de Chernobyl”. Procedentes de la zona próxima al desastre nuclear, les enviaban a pasar el verano lejos para minimizar la exposición a la radiación y favorecer que crecieran sanos.
Desde entonces tanto Igor como su hermana Anna, hoy madre de familia, han vuelto innumerables veces a casa de Pedro y Rosa. Conocen bien Montecastelo, lugar de trabajo y muy familiar para sus padrinos. Y valoran la formación académica y humana que se imparte en el colegio. Y como ellos les han inculcado, no pierden ocasión de ayudar, atentos siempre a las necesidades de la gente.
En su última visita, antes de volver a la realidad de la invasión y las bombas, Igor ha querido venir a pasar un tiempo con los alumnos de Montecastelo. Ha estado con los alumnos de Secundaria, contando su experiencia y respondiendo a sus preguntas. Y ha sido entrevistado por varios alumnos de Primaria en la extraescolar de radio, en una emocionante entrevista que nos encanta compartiros.
Lecciones de vida
Lo que más valora Igor de su familia de acogida en España es el haberle ayudado a crecer como persona. A conocer mejor a Dios. A darse a los demás. Ahora intenta poner en práctica esas enseñanzas en un contexto difícil, de guerra, miedo e incertidumbre. Su fe y su sentido sobrenatural de la vida son sus escudos cuando caen cerca las bombas o el frío y el hambre arrecia.
Ahora se lleva en la mochila el cariño, la oración y el homenaje de todo Montecastelo. La guerra de Ucrania –una de tantas que se libran hoy en el mundo, siempre cruel y despiadada- tiene, para nuestros alumnos, desde hoy, un rostro.