En el Colegio de Fomento Montespiño, al tiempo que se declaraba la crisis sanitaria, iniciamos un proceso para reconvertir a online nuestra oferta educativa. Queríamos adaptar la educación personalizada, nuestro modelo, a una situación inesperada y muy excepcional.
Nuestro objetivo era seguir haciendo lo mismo: mantener el buen nivel académico, seguir impulsando el bilingüismo y las innovaciones, continuar haciendo tutorías personalizadas con cada alumna y con cada familia.
Nos pareció que la mejor manera de ayudar a nuestras alumnas y a sus familias era proporcionales, cuanto antes, un horario online semejante al que habían tenido hasta entonces.
De inmediato, nos pusimos a trabajar para adaptar las programaciones a las nuevas circunstancias. Y para adecuarnos a los recursos tecnológicos y a nuevas metodologías. Se trataba de reconvertirnos en Montespiño online y seguir ofreciendo cada día clases online, actividades, recursos y tiempo de consulta con profesores.
Desde el comienzo, se pusieron en marcha las asignaturas online con sus correspondientes publicaciones y mensajes entre profesores y alumnas, aclarando cuestiones y resolviendo dudas; en definitiva, trabajando en equipo. Específicamente, las clases presenciales online son un marco nuevo para el desarrollo de nuevas competencias, como la digital o las relativas a la autonomía e iniciativa personal, y para aprender a aprender.
Y sigue, sobre todo, la atención individualizada a cada alumna y a cada familia, una de las características esenciales de nuestro proyecto educativo. Estas semanas, especialmente, destaca su aspecto de acompañamiento y de coaching, indispensables en situaciones de mucha tensión. A las conversaciones periódicas con alumnas y con padres, los profesores suman su disposición y su atención a lo que se pueda necesitar de ellos.
El reto educativo que ha supuesto este desafío ha sido grande, pero el esfuerzo y la ilusión de los profesores han hecho que consigamos poner en pie, en tiempo récord, este nuevo proyecto online.
Desde Montespiño queremos agradecer la implicación de nuestras familias, que tienen muy metida en la cabeza y en el corazón la importancia de la educación de sus hijas, y lo demuestran cada día volcándose, junto a los profesores, en su labor educativa.